Ábrelos
déjalos enfermos
rojos
con vestido de ardor
y excitados
déjalos medio vestidos
agitados y carentes
luego quítales el aliento
róbales la inspiración
invéntales trés bellos cuentos
pero no los metas a la cama
Dales armas
dales fuego
ponles miedo en la cabeza
luego abrázalos con fuerza
hasta que les arranques
el destino y las espuelas
y se te arrojen a los piés
y te envenenen los pulmones-
Te envenenen el alma
Cúbrelos de menta fuerte
y atomízalos sin que te miren
Hazles señas de presente
de pasado
de futuro
pero aunque te ofrezcan
tiempo y flores
no los metas a la cama
Mejor llévalos de los cabellos
que se aprendan tu ambrosía
dales opio en la boquita
lineas rectas
dales un sabroso almuerzo
de cantina
y luego miénteles
y diles que los llevas a la cama
No les quites la esperanza
pero no les cumplas tus promesas
Déjalos que se arrepientan
que enmenden sus errores
que se sientan inferiores
que se sientan importantes
que se traguen sus palablas
o que te las den a ti
Hazles nudos en el pelo
y sírveles esquirlas
de plata
en un banquete
inexistente
pero no les dejes aire
no les dejes luz prendida
para que los escuches sufrir.
Susúrrales a Dostoevsky
que tú sabes que les gusta
Dales platos infinitos de Haiku
pero no les des cuchara.
Que se sientan miserables
escritores
artilleros
Pero oblígalos
sin miedo y sin reservas
a que te lleven ellos
a la cama
Para que les hagas el amor
toda la noche
o todo el resto de la noche
Aunque ya sea de mañana
Pero pase lo que pase
no los vayas a cerrar
Andréj Van Webber
Barcelona 1964
No hay comentarios:
Publicar un comentario