martes, 2 de marzo de 2010

Oda a Andréj van Webber

En el anaquel del mundo
escapaste una vez con el
sombrero recto y las
palabras que no fallan

¡Pechos, corran, ojos
que los coge el viento verde!
¡Miradlo por dónde viene!

Fue tu sollozo del árbol
Fue el estremecimiento del fuego
Puedo recordar
de perlas tus ojos
como lámparas fatales

puedo recordarte bajo la lluvia del árbol
hacer ver dos cestos de higo

Eres materia y cardumen
nadas en la vegetación maldita,
opio singular, desecho de plata

Río joven, de blancas
pisadas, lloraste entre hilos de oro

"Encended el pozo con mis noches"
dijiste
y rotaste el planeta

Fue la luna verde
la que te quiere vierde
la que te dio, noche entornada,
las palabras.

Esas que clavas como esquirlas de luna
en la llama
(la llama verde)

Célula y despertar
asco y vida
entierro de manos
lectura de piernas

¡Caed, pechos, caed, ojos,
que los besa la verdad!




S.G. le Clydette. Paris 1969

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