Las palabras se comieron entre ellas
y el estribo se volvió nuestro murmuro
Vedas infinitas que me llevan
con el alma hecha saliva
hacia tus cabellos
-Vi blanquear-
Se estrujan mis ojos
y tú; hecha rocío
acariciándome el miedo
Anoche vi dormir
Como el higo
tu beso
muérdago
carne salvaguardada;
y te me escapas
como si fuera a ser tu cama
un campo eterno de batalla
si será
será
Sientan las nubes cabeza
es el viento que llamó
dos veces
y preferimos no atender
Porque el viento trae
consigo
el poder de desenamorar
Viuda de vida vista
entrégate a las golondrinas
que se visten con mis brazos
que yo llamo mis manos
Anoche
vi dibujar un bosque
árboles y hojas muertas
sólo el verde de tus ojos
vivo, entre los rojos
grises
efímeros
Pecado
-el pecado
Y no es pecado pecar en confidencia
Si entre tus uñas
escondida
se aparece la dicha
de verme muerto
entre tus pechos
Pero si anoche
Quieres ser orquidea
no hay obstáculo
humano o divino
que consiga desgarrar
tu recuerdo
de los míos.
Si destruyes tu presente
te aplaudo
pero libre te mueves
siempre hacia el futuro
y si anoche
no decides existir para mi piel
dejarás al mundo muerto
sin cipreces
sin petunias
y a la madre mar
veremos
devorarte
ahogados mis tímpanos
en ti.
Para siempre-
Pero sólo anoche
Andréj Van Webber
Niza-1963
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