recordaras
cómo fue
Contessa
que visitamos
ese diciembre
raro el café
ya frío y sin
crema en el
que me prometiste
la lectura
de tus piernas.
S.G.
Horacio.- Hay veces en la vida, pocas quizás, que Dios parece haber postrado toda la ignominia en vos. Ay de ti, Adonis Charro. Tenés que cargar con la carga -y quizás con más. Quizás mañana no hay mañana, hay lánguidas avenidas del terror- Enrique.- ¿Y éso? Horacio.- Hay veces... Enrique.- (Lo interrumpe con veracidad) Hay un flaco en la esquina que... Horacio.-(Con voz de odontopediatra)... que necesito que me compren de comer. ¡Mierda! No he tragado en tres días.
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