domingo, 26 de diciembre de 2010

El anhelo opaco y el tormento

Que venimos ya entendiendo
que cuando él
decide dejar
los recuerdos
en el cuarto de servicio
se deifica
y ellá será también
hija de algún altar

Sorbiéndole el tuétano
al patrón
para entregar
con las palmas
hechas garras
los primeros años
de nuestra muerte
al fantasma dolido
que ha de tender
el secreto de sábanas
que intimó
con su mujer

Rafael Torres

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