jueves, 27 de mayo de 2010

Capricho de estos astros

Entre todas estas nubes
que se asome un poco el sol
no importa que busque
una esposa
que se asome, que lo extraño
porque alguna vez
sus cantos huecos
decían mi nombre
en sus estrofas
y como disfrutaba yo
escuchar sus himnos
que me regalaban
una estátua
y me emocionaba oír mi nombre

-Que se asome sólo un poco
aunque ya no sea mi confidente

Quizás si me descubre
coqueteando con la luna
me quiera de nuevo
dormido y ebrio
contra su ronco pecho

Si aquello no llegara
siempre me queda saber
que dicen las númias
por las avenidas
que también la luna
es una gran amante

-Pobre luna, aléjate de mí
que si está entre mis intenciones
hacerte sufrir

Andréj Van Webber
Cannes 1964

sábado, 22 de mayo de 2010

La Furia

Image and video hosting by TinyPic

Image and video hosting by TinyPic



S.G. le Clydette

Julián

Hubo dioses en esos tiempos
de papiros y saliva en los
que se tomaban de los
suicidios y cometían palabra.


S.G. le Clydette

martes, 18 de mayo de 2010

Noche de Ronda

Cuando mi madre
me contaba
que en la vida
no había cuentos
me dormía para pensar
con desenfreno
que las puertas
que se escriben
pétreas
en la tierra estéril
de mis pesadillas
sí contaban cuentos bellos
y cuando despertaba
exasperado
me contaba
a mí mismo
del uno al diez
uno
dos
trés
cuatro
cinco
seis
siete
ocho
nueve

Pero el pavor nunca dejó
que de mis dientes afónicos
se escapara la palabra...

"Diez"

Andréj Van Webber

lunes, 17 de mayo de 2010

L'hiver

Et moi, j'ai envie de te revoir
toi et la maison où on a grandit

Le pays dont les fleurs sont toujours malades
nos fleurs, tes fleurs, les fleurs du paysage

Car je suis le rêveur des nouveux visages

Prenez moi, faissez vous plaisir
profitez l'été
l'hiver il est dans la rue
c'arrive bientôt, pour ramener nos peurs
et notre rage
cette rage et nos heures
copine blanche des memoires

Les dossiers attendent pour être signé
Tellement beau, le matin est fraiche
Et les oiseaux qui volent, très haut là, sous le ciel
Mes yeux, tes espoirs, ne sont pas pareils

Je te chercherais, partout dans l'endroit
entrain de pleurer, et je ne te trouve pas

Allez, faissez moi mal, petite fleur du printemps
l'autumn ne part pas, c'est encore l'hiver

Andréj Van Webber

Verano de 1976

El despertar
asesino
del violento frío
que ayer daba un paseo
acompañado del sol

Nadie se esperaba
su inoportuna visita
y nos salimos desnudos
a copular con las petunias
y nos cogió desafinados
de las costillas desnutridas

Nos heló el alma entera
Nos heló el espíritu a medias
Nos heló la tez un poco
pero sí nos cogió por sorpresa

Porque esperábamos
tú y yo
que los calores nos vistieran
esos calores diurnos
que se reencuentran
en las postales
y que vinieron
sólo un poco
y nos dejaron en cunclillas
sin mantos
con que arropar el porvenir

El abrazo ya perdió
su (supuesto) eterno consuelo
y nuestros cabellos
andrajosos
se nos tejen
entre el hielo
y la ventizca
arravalera
ciudadana de los polos

por que hoy el frío
incauto
me cortó y me hizo sangrar

y yo desnudo y temblando
esperando
a que vinieras a salvarme

Andréj Van Webber
¡Que hermoso despertar!
rodeado de telarañas
trás una larga noche
bebiendo sorbos de ilusiones

Abrir los ojos
Mañana Polvorienta
y darme cuenta;
fueron tus palabras
luz triste; abismada

Pero hoy la mañana
no se siente abismada
sino alegre y oxidada
porque se me olvidó
tu patetismo
y tus promesas
y hay olvido en los rincones
de esta casa que se posa
sobre el polvo

Pero que maravilloso
despertar (no) a tu lado

Perdón de ti
y una ilusión
petrificada
que se despierta
entre telarañas
porque eso
tan absurdo
que le hiciste
"No puede ser verdad"

No se lo traga
no se lo come
lo medio mastica
y luego lo suelta
cual ruidero
-mariposas-
bolo de "No puede ser verdad"

¡Que hermoso despertar!
hecho pedazos a tu lado

que triste despertar
en una pieza sin ti

Andréj Van Webber
La mierda - 1964

lunes, 10 de mayo de 2010

Pueblo

Pueblo de palabras enlutadas que fingen.
En su amanecer, el viento abraza
la silueta polvosa de la plaza
donde los ojos del perro se extinguen

apenados de tanto luto. Es vacío
el tiempo, y con él: el rostro rojo
vuelto en el espejo eterno pero flojo
muerde su silencio mientras el estío

de ojos negros destruye este pueblo
con su mística y estridente voz.
Ojos de lodo, de barro donde amueblo

mis olvidos. Y con mi sed fugaz pueblo
esta barrosa realidad de algo atroz
algo que quedó atrás: mi ardiente Pueblo.



S.G. le Clydette

Pernocte

El ojo, mascado y ancestral,
como abismo eterno
sueño de sueños, admira
lo que, de un chispazo
se advierte, como el
mirar a través de un
prisma, el copular sin fin
antes de un amanecer
tardío.

El ojo, muerto y ancestral,
copula para renacer
como el Dios que
cae para dar el fuego
dar unas manos
enlutadas y místicas
que, entre la sabia
noche, entre las
cadenas del frenesí,
nos salvarán.



S.G. le Clydette

Mundos

los círculos, perpetuos de
carne y sombra, del
ayer, vuelan sobre
sí en un eterno
girar.

______Mis ojos
Venus y Adonis, pararán
de gritar, como la muralla
del recuerdo, hasta
que la luna vierta
el vientre luminoso
que le dio el gran
padre de fuego, en
mi pecho.



S.G. le Clydette

Himno al Dios electrónico

fuerte, es fuerte
en su tumba
en su vacío
es fuerte como
alguien que
prende algo

l'otro que
asesina que
carcome y
quizás con
una suerte
emplumada
resucita



S.G. le Clydette

martes, 4 de mayo de 2010

Hace frío Johan
por más que lengueteo
esta pobre existencia
mía
hace frío sin embargo Johan

Hoy como esas tardes
de antaño el bailar
era parte único de
nuestro silencio
Hoy hace frío
aquí entre tu mano
en mi vestido Johan

Acaricias con tu dedo
de calor
-Ayer la volví a ver
le he dicho que nos
besemos y eso pasó
ella me desnudó
y yo me dejé
le volví a pedir
que nos besáramos
y eso mismo pasó
ayer
Que la volví a ver
Sudando al terminar
le pedí con mi mudez
estúpida que se callara
y pasó lo contrario
habló de la última
vez y de la paz en
vez del amor
Yo sudado me fui
con las vacas

Tengo frío Johan
Detén el coche
debo vomitar Johan
ya no me siento parte
del mundo
apaga el coche Johan
debo bajar a vomitar
Ya casi llegamos
espera un momento
:luces de pavimento
en metálica aparición:
la puerta
se cierra crujiendo:

la ventana dibuja una
silueta imperfecta
y sobria que desaparece
entre el verde de
acuarela


Este frío no
se va Johan

Antes no pasaba
nada podía terminar
el día en silencio
como en una plegaria
que me adhería a esta
realidad

Apaga el coche
hace frío Johan.



S.G. le clydette

Genoveva Parte III – Aux Grandes Hommes

Allá lejos

Entre las montañas

Y los valles

Monumentos de angustia

Donde las gaviotas

No vuelan más

Yace dormido

Un gigante

Es hombre

Es mujer

Es musa

Y todo el cuento

Duerme para no pensar

Para olvidarse

De la sangre azucarada

Con la que se bañó

En sus mejores años

Se sabe entumecida

Por que es amante

Le dio su sexo a Dios

-Se lo dejó barato-

Y los amantes (Otros)

Oportunos-

De las ciudades

Más tristes

Le vinieron a rogar

Por una orgía

De aquellas tan bellas

Por las que fue famosa

Cuando los hombres

Aún

Creían saber

Bruto discurso del sofismo-

A veces despierta

Enamorada

Por que le han hecho promesas

Le han dicho cosas

Tan hermosas

Que se aferró

Terca y ostentosa

Al mármol

Y a las vaginas

Y espera

De todo corazón

(Sagrado Corazón)

Que se las cumplan

Su anatomía

De mil palacios

Donde nos fuimos

A ensuciar las manos

Duerme por las noches

Duerme por las mañanas

Rojas

Y se despierta en primavera

Regala un beso

(Genoveva aprincesada)

sólo para dormirse de nuevo

Pero cuando llega a despertarse

En Enero

O en Noviembre

Sus proxenetas

La acarician

Y le susurran

Un poema

Un soneto

Una oda

Un insulto

Y ella se duerme

Y él se duerme

Gigante alocado

Y sensual

Je vous aime

Je veux que tu m’embrases

Y cierra

Sus inválidas pestañas

Como alas

De autocracia

Pues gigante

Vagabundo

Es su dueño

Y sólo suyo

“Les invalides”

Para ganarse

A sí misma

La carrera al inframundo

Donde cree que existen domos

Mas hermosos que su piel de asfalto

De banqueta

-Cereza comida

a medias

con muchas ganas

de regurgitar

Te fuiste con olor

A fuego

Y ella partió

En trocitos

Nuestro porvenir

Por que sólo en sus pesadillas ha logrado encontrar el Edén

Pero nuestra

Es la misión

De rogarle

A las estrellas

Que nunca nadie

La despierte

Por que dormida

Ebria

Tenue

Es más dócil

Y bendita

Que cuando decide

Carcajear

Y tumbarse con los brazos

Nuestras colinas de almíbar

Je vous aime

Pendant cette soirée

lunes, 3 de mayo de 2010

Caudal

En una tarde donde
llueve a caudales y
los árboles lloran las
gotas férreas que
se dan paso al
verde -verdísimo- pasto
de abril. Entres unos
sauces que también
lloran, las aves
sin embargo
hoy no vinieron
no hicieron su aparición
magistral como gotas
de tinta -Hoy gotas de
lluvia densa- manchando
las copas de los árboles

Una mujer llora -ahí donde
no se oye nada a causa
de esta terrible lluvia
sorda- llora a caudales
se aferra a un tronco
gordo que le promete
un amor inmenso mientras
no pare de llover


Hoy aquí nos amamos
y no soltaré tus
ramas y tus hojas.
No llores, árbol que
mis gotas llueven sobre
tus lágrimas


Uno no oye nada
cuando ama así
como yo agarro tu
fuerte tronco
Hoy te amo, árbol mío
el mayor de los consuelos
el mayor abismo hermoso
te sostengo como a un ave

No me dejes, árbol
soy tuya para siempre

Esto dijo -o al menos
se pensaría que esto fue
lo que se pronunció ahí
en el ritual sordo-
mientras por entre las gotas
un desesperado hombre gordo
rojo y extremadamente
empapado en
desesperación queriendo
correr hacia la mujer que,
mártir, danzaba con el árbol.

Uno no oye nada
cuando se aferra así

Hoy te amo, árbol mío

no me sueltes
a él
no me dejes
aquí
con él y esta vida

Con dificultad el hombre
gordo logró llegar a
donde la mujer, mártir, ya no respiraba

No llores, árbol mío

Siguió lloviendo a caudales
por años, una danza eterno
y tribal y sorda
de la ínfima sustancia

Cuentan las aves -que posan
sus patas como manchas
de sol en las hojas de la
mañana- que esa tarde
el árbol -árbol mío- lloró
tanto que terminó extinguiendo
la lluvia de la mujer
que, mártir, amaneció.



S.G. le Clydette

domingo, 2 de mayo de 2010

Sabor a Madrigal

Esta tierra que soñamos
es de ciénagas
enfilada entre los verdes
pétreos
que pretenden más bien
ser grises endulzados.

En otros años recibía
con ofrendas decorosas
al estío que escupía
lilas y agua en maravilla

En aquellos tiempos
de obituarios
fuimos héroes
y las nubes se besaban
dejando caer sus salivas
aquellas salivas tortuosas
sobre nuestros áridos recuerdos
arenosos y cuarteados
cuarteados y calientes
calientes y aberrantes
esperantes y viajeros
llenándolos de bellos labios
enflorados en botón

Las montañas de roca al óleo
de alcatráz se empapaban
siempre en regocijo
años vivos de plantaciones
esos años animosos
habituados al perdón

Pero hoy llegó la carta
del estío, que nos presta
sus visitas.

Pero hay piedra
roca y piedra
y no se asoman alcatrazes
poorque ya no son los tiempos
benditos y agitados
que en nuestra infancia
conocieron con agrado
el nombre mío

Ya no se puede postrar
uno en sus aguas
-El río
por que el agua ya se hastió
de nuestros bailes
-siempre los mismos
y ese frío adicto y tierno
del rocío matutino
tomo el vuelo bajo el claror
de la luna vagabunda

Justo entre nuestros mesones
nuestros jardines de hojas muertas
y nuestro sol eterno e infernal
reposa aquello qeu no vimos
cuando quizo despedirse
sin siquiera darnos tiempo
de rogarle un cuenco de agua

Pero asómate, que tus ojos
se empapan ahora del camino
aquel camino de infinitas
y arenosas proporciones

Todo aquello que lo cubre
y lo descubre
y lo devela
es nuestra tierra, tierra nuestra
que soñamos
que soñamos y queremos
que queremos y adoramos
y que con nuestras garras
que anhelaban arboledas
protegemos; sí protegemos
Nuestra tierra y nuestras rocas
cuna silente de vuitres
donde no se ven las aguas
ni aunque se escombre-
a la espera de nuestra consumación

Y si nuestros cuerpos deformados
se quisieran morir de hambre
o de sed; o de carencia
en nuestra fiesta pedregosa
de bullicio discreto
-Pues están ya muy bien cavadas
nuestras tumbas en la tierra nuestra
donde no habrá ni gusanos
que antojen nuestro devoro

Pero es nuestra y la soñamos
y en sus pieles nos quedamos
porque fue por nuestras huellas
que perdió su encanto arbolado

Por que el amor, la fe y la esperanza
que se encadenó a nuestras arenas
nos aferra a los jardines
de sequía decembrina

Por que aquí nacimos todos
y aquí nos hemos de morir

En esta tierra que soñamos
tierra muerta
compañera del sol

Andréj Van Webber

Thomas S. Eliot: Dedico