Y manosea la prosa y las notas y luego huye de ellas, y vuelve llorando y pidiendo a gritos una sexta segunda oportunidad.
Se acongoja y se acurruca en el susurro del viento y la arena. Su vida, la vida.
Y es un crecendo, y es las canciones que inventan los niños, y es el "Decamerón" y el Stabat Matter y las notas atrevidas y burlonas de Parker.
Y sale a la calle y busca su rumbo y encuentra otra cosa y que tiene mil hogares, y mil hijos en hojas de papel y periódico y se burla del juego, pues él es su juego. Estruja la mano de la muerte y sus amenazas, y todo lo escupe con tinta, y todo lo mide con tazas de café. Su vida, la vida.
A mi amigo S.G. Le Clydette.
Andréj Van Webber.
P.D. En el mundo y la vida existen también los ingenieros.
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