lunes, 16 de noviembre de 2009

Justo ahí, en el punto más alto de las lenguas marchitas de la supuesta "Sociedad", llamó a la puerta un invitado fortuito y ambicioso, y nos quitó las ilusiones, y nos hizo envejecer.
Nos Rompió, nos desgarró, nos exprimió y fueron trozos nuestros rostros.

-Soy
Feliz-

Andréj Van Webber, Bregens, 1965

No hay comentarios:

Publicar un comentario