Me tragué todas mis letras
les lloré a todas mis muertes
les llamé a todas mis luces
les besé con ímpetu a en las frentes
las limpié como a la porcelana
escupí en ellas mis viejos anhelos
les susurré cosas tan bellas que no puedo ni decirlas
les sangre mis mil batallas
Vomité todas mis pobres ilusiones secas como el arbol viejo y el rumano viejo
y vi pasar al mundo frente a mis ojos
Como si fuese el día festivo de una nueva dimensión
Andréj Van Webber, 1963, Pigalle, Paris
un saludo, me gustó tu blog.
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